martes, 6 de diciembre de 2011

La saga de los Vilariño

Por Pipo López

He tenido el placer de compartir el fin de semana con una gran saga de automovilistas. Me refiero a los Vilariño, Andrés, Ánder y Ángela, una familia unida por una pasión común: las carreras. Con motivo del Festival del Motor que organizaban en sus magníficas instalaciones del circuito de Olaberria, en el que también estaban Dani Sordo padre e hijo, Efrén Vázquez, José Antonio “Cohete” Suárez, Fran Cima y muchos pilotos más, nos reunimos con ellos, lo que me ha permitido conocerles más de cerca.

Al padre, Andrés, le conocía desde hacía mucho tiempo, ya que cuando yo empezaba en esto él ya estaba intentando destronar al amo y señor de la Montaña, Mauro Nesti. Y lo consiguió, ganando cuatro veces el Campeonato de Europa, otras cuatro el de España y una más el Trofeo FIA Europeo. Y, a pesar de que ya tiene tres nietos, sigue en plena forma, hecho un toro físicamente y con la misma ilusión que un chaval. ¡Había que verle haciendo derrapes y trompos con su imponente barqueta para asombro de los dos mil aficionados que se dieron cita en el evento! Ahora se dedica a correr las subidas que le apetecen para seguir bajando los récords.

También tenía el gusto de conocer a Ánder, el hijo mayor. Un chaval que llevaba camino de llegar a la Fórmula 1, ya que tras ganar el Volante Elf corrió en la Renault Campus, la Fórmula Renault, ganó la Fórmula Súper Toyota, fue campeón de España de Fórmula 3 y brilló con luz propia en las World Series. Pero no contó con el apoyo suficiente y desde entonces ha corrido de todo: montaña, sport prototipos, resistencia, rallysprints y rallys.

Este año ha corrido en la Nascar europea, la FIA Racecar Euroseries y logró la tercera plaza final tras conseguir dos victorias, cinco pódiums, tres poles y cuatro vueltas rápidas. Le conocí cuando trabajaba en un proyecto, ser el primer español en correr el Pikes Peak, la subida de montaña más importante del mundo, aunque al final no pudo sacarlo adelante. Pero ya entonces me sorprendió su seriedad, educación y cabeza bien amueblada para ser un piloto tan joven.

A la que he conocido este fin de semana es a Ángela, la menor de la saga, que además tiene un novio también “racing”, el piloto motociclista Efrén Vázquez. La joven Vilariño ha corrido también en todo tipo de disciplinas: karting, montaña, resistencia y ahora rallys, especialidad en la que no se ha proclamado campeona absoluta del País Vasco por una auténtica “cacicada”. Los responsables de la federación territorial la han retirado la licencia por unas declaraciones efectuadas en la prensa local justo cuando faltaba una prueba para el desenlace del campeonato. Resulta que en el automovilismo vasco no existe la libertad de expresión.


Pero eso no es un motivo de rendición para los Vilariño, que ya están planeando su desembarco de Ángela en el Campeonato de España de Rallys. Una magnífica noticia para la decaída especialidad, aunque sería de agradecer que se convoque un campeonato femenino de pilotos. Existe el de copilotos femeninos pero incomprensiblemente no el de pilotos. Y si digo que es una buena noticia, es porque necesitamos alicientes en nuestros rallys, y la llegada de una piloto sería un buen revulsivo. Y que nadie se piense que viene a pasearse, ya que la vi conducir un Subaru Impreza WRC y me dejó muy buenas sensaciones, impresión que me corroboró mi compañero y amigo Javier Bueno, que se montó de copiloto y la vio muchas manos desde dentro.

Y no quiero terminar sin mencionar el impresionante parque móvil de competición de la saga Vilariño. Disponen de una barqueta Norma de 430 caballos, un impresionante vehículo de la Nascar europea, un “monstruo” con motor V8 de 5,8 litros y 450 caballos, el Subaru Impreza WRC que fuera de Petter Solberg y un Subaru Impreza grupo N Plus que fue de Quique García Ojeda. Como se ve, por las venas de esta familia no corre sangre, sino gasolina.

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