Recordemos que D. Hilario Gómez del Rosario inició su trayectoria con esta marca en 1967, de la mano de uno de los 18 Lancia Fulvia 1.3 HF oficiales “pata negra” salidos desde las instalaciones de Turín. El coche llegaría de la mano del importador de Lancia en Las Palmas, pero Hilario fue el más avispado de todos los candidatos a conducirlo y fue quien consiguió las 355.000 pesetas que costaba por aquel entonces esa unidad.
Debutó con esta montura y su hermano “Momín” de copiloto en el Rally de Agosto del mismo año. La fatalidad ocurrida varias carreras después, en las “12 horas Islas Afortunadas” del circuito de Escaleritas, lo hace “emigrar” a la península para correr en diferentes pruebas, donde logra destacados puestos en sus respectivas clasificaciones. Ya de vuelta en Canarias, sigue corriendo en la isla de Tenerife e incluso en el rallye que lo vio nacer como deportista, el “Rally Vinho da Madeira”, esta vez dentro del equipo Lancia Tenerife.
Tras años de retiro automovilístico (después de estas y otras gestas, con diferentes vehículos a sus espaldas), vuelve a la carga en competición, participando esta vez en pruebas de regularidad. Para ello, se hace con un bonito y exclusivo Lancia Fulvia Montecarlo, edición conmemorativa de las victorias de Sandro Munari en el Rally de Montecarlo a bordo de este modelo. Más adelante y sin conformarse con ir “despacio”, da otra vuelta de tuerca más al “italiano” y se mete de lleno, también, en la regularidad sport, donde se mantiene a día de hoy, alternándola con la regularidad clásica.
Este pasado 16 de diciembre, en el Restaurante Mirador de Bascamao (Sta. Mª de Guía) y después de una ruta por las medianías de Gran Canaria, celebramos junto a él y su esposa Pilar, fiel sufridora de todas estas vivencias, sus 50 años en competición. Disfrutamos otro día más de su compañía, compartiendo anécdotas de sus vivencias a bordo del Fulvia, entre otras cosas. Para que tuviera otros recuerdos más de esta efeméride, la Squadra Lancista Canaria le entregó varios detalles que pasarán a engrosar su colección, seguramente desbordada por los recibidos a lo largo de este año 2012 que ya nos deja.
A día de hoy,
Hilario es, para la mayoría de personas que amamos este deporte, un fiel
reflejo en el que mirarnos. ¿A quien no le gustaría ser como Hilario? Desde
luego, a muchos de nosotros, si. Una persona que, a pesar de sus años -físicos-
es infinitamente más joven que la mayoría de nosotros. Con su trato,
amabilidad, educación, camaradería, veteranía… siempre por delante, nos hace
ver que querer es poder. Sólo hay que planteárselo y hacerlo.
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